¡Hola! ¿Cómo estás?
Me alegra muchísimo poder compartir este tiempo contigo. Estoy muy emocionada porque esta primera cartita ya está con vos.
Si querés, podés escuchar esta canción mientras leés.
Espero que puedas regalarte unos minutos para estar tranquila, respirar un poco y hacer una pausa en tu maravillosa e intensa vida de mami.
A veces menospreciamos el poder de tomarnos una pausa de 10 o 15 minutos al día. Decimos “pausa” y pensamos que un viaje de una semana al Caribe sería una buena pausa (si te gusta el calorcito, obvio).
Y aunque el Caribe definitivamente ayudaría, la pausa no sería posible si vos, en tu interior, no parás.
Muchas veces en el ajetreo del día a día, sólo necesitamos conectar con esa pausa, calmar un ratito todos los pensamientos y respirar.
Pensá conmigo en la mejor de las vacaciones que hayas tenido en tu vida. ¿Listo?
Ahora pensá en el momento en el que hayas sentido más paz y tranquilidad en tu vida. ¿Lo tenés?
¿Son el mismo momento? No me sorprendería que no lo sean. Porque estar de vacaciones o no tener nada que hacer no son, en realidad, sinónimos de descansar.
El descanso comienza en nuestros pensamientos.
Cuando logramos aquietar todas esas voces que son como aguas agitadas dentro nuestro, aunque sea por unos minutos, vamos a poder acceder a la paz que necesitamos para recargarnos de amor, de paciencia, de fortaleza, de fe y de todo lo que necesitemos.
Poder hacer esto por encima de las circunstancias en las que nos encontremos sin depender de nadie es, definitivamente, un superpoder que tenemos no sólo como mamás sino como mujeres. Y me encanta descubrir que para recargarme no necesito de nada externo, todo está dentro. Somos un diseño perfecto con su propia fuente de alimentación.
Así que, la próxima que estés sofocada de cosas para hacer, de asuntos que atender, de actividades que organizar…. ni bien puedas, pará todo y tomate unos minutos para “aquietar” tu interior e ir a ese refugio de paz.
Te soy sincera, yo lo hago todas las veces que puedo porque realmente lo necesito. Mi hermosa hija cumplió hoy 13 meses y la vida es muy intensa corriendo detrás de ella, y de sus primeros pasos, todo el día. Estoy muchas horas sola con ella sin nadie que me ayude. La amo y estoy demasiado agradecida por este tiempo que estoy viviendo a su lado y la disfruto a cada segundo! Pero soy un ser humano y me canso. Y cuando me canso mis emociones no se coordinan bien y comienzo a pensar mal y al pensar mal me siento mal y eso quiere distorsionar la imagen que tengo de mí misma.
Yo decidí priorizar estos minutos de pausa en mi día a día, como una necesidad más para mi bienestar, como comer o dormir.
Ser mamá no implica desgastarnos hasta que no quede nada más que culpa y frustración.
Ser mamás requiere ser sabias para reconocer lo que necesitamos recargar, hacerlo y seguir dándolo todo. Requiere ser sinceras para pedir ayuda a quien debamos hacerlo para poder recargarnos. Requiere ser responsables para tomarnos nuestro bienestar enserio y no rendirnos al drama.
Hace varios meses que yo lo hago al amanecer. Me levanto antes que todos, y veo el sol aparecer. No tengo forma de explicarte cuánto me recarga estar ahí sola, sin pensar en nada específico, sin que nadie me necesite en ese momento, atendiéndome a mí, escuchándome a mí. A medida que fui avanzando con el hábito comencé a incorporar otros como escribir mis reflexiones, desayunar tranquila… pero todo de a poco y con calma.
Para asegurarme de poder hacerlo, también lo hablé con mi esposo y se lo expliqué. Trabajamos juntos en una rutina de sueño para que nuestra bebé durmiera de tal forma que yo pudiera estar tranquila en ese horario. Es un trabajo en equipo.
Obviamente, no lo logro siempre. Y por mí está bien. Con hijos pequeños es un poco difícil tener rutinas, pero es bueno tener un plan al cual volver cada vez que podemos.
Así que mi querida Mami, te animo a buscar este tiempo de pausa en el que puedas simplemente PARAR. Usá este superpoder que tenés, es tuyo, está en vos. Incluílo en la lista de hábitos para desarrollar este año.
Hacelo en el horario que te sientas cómoda, y hacé lo que sientas hacer en ese tiempo. Te sugiero que empieces con nada. Estar ahí, presente y en silencio. De a poco vas a escucharte a vos misma y lo que necesitás. Creeme, ¡te vas a sorprender!
Te mando un fuerte abrazo,
¡Nos leemos el próximo mes!
Pati.